Los cloradores salinos representan un método eficaz para la desinfección del agua de tu piscina. ¿Aún tienes duda de cómo funcionan? Te explicamos el proceso.
Un clorador salino es un concentrador que se encarga de realizar el proceso de electrólisis salina, en el cual tenemos como resultado una solución desinfectante.
En primer lugar, es necesario añadir una cantidad de 5 a 6 kg de sal en la piscina por m3. Es importante procurar que la piscina esté completamente limpia, libre de algas y otras sustancias de limpieza.
Posteriormente el concentrador de filtrado que es el clorador salino, se deberá de poner en marcha, aquí inicia el proceso de electrólisis: la sal se disuelve en sodio y cloro gaseoso, este proceso en el que se recombinan de nuevo con el agua lo convierte en el mismo desinfectante, pero sin el aditivo ácido cianúrico.
Este proceso de circuito cerrado resulta continuo y ecológico. No es necesario añadir más sal al menos que existan cambios en las condiciones del agua como que haya una mayor cantidad de bañistas o existan cambios del clima que afecten las condiciones de la misma piscina.
La sal se utiliza como un antiséptico natural que no irrita la piel ni ojos, tampoco existe riesgo por intoxicación accidental.
Estéticamente, el agua de la piscina puede conservar su claridad y nitidez, ya que el mismo clorador salino impide la proliferación de algas y otras bacterias. Tampoco reproduce el olor característico del cloro tradicional.
A partir de su instalación, es recomendable un mantenimiento mínimo en el que se controlarán los niveles una o dos veces por semana. También se deberá ajustar el PH de acuerdo a las condiciones extraordinarias que se presenten a lo largo del año, como un cambio de estación, entre otras.
OBTÉN EL AGUA PERFECTA SIN TENER QUE MANIPULAR CLORO
El generador de cloro a base de sal lleva a la generación de cloro electrolítico a un nivel más alto de conveniencia, confiabilidad y seguridad. Sin embargo, para entender por qué el generador es mejor, primero se debe entender cómo funciona. La sal de mesa común (cloruro de sodio) se añade al agua de la piscina…sólo se necesita menos de una cucharadita de sal por galón de agua de piscina. Tan pronto como la sal disuelta fluye a través de la celda del generador, se convierte electrolíticamente en cloro puro, el cual es distribuido en toda la piscina, desinfectando el agua, manteniéndola fresca, cristalina y segura. A diferencia de los aditivos de cloro convencionales que deben ser constantemente repuestos, la sal se recicla de forma continua, día tras día, para así reducir los requerimientos de mantenimiento de la piscina. Es más, el generador se mantiene limpio con una función de ciclo de reversa automático el cual previene la aparición de sarro para prolongar la vida útil de la celda.