La pregunta que muchas personas se hacen y cuya respuesta alienta a usar spas y piscinas es
«¿Qué beneficio ofrece a mi salud la inmersión de agua caliente?»
A través de nuestro transcurso por la vida, con frecuencia sufrimos de dolor muscular y en las articulaciones. Una mejoría a la salud se presenta más rapidamente conforme la sangre fluye al sitio afectado. Nuestro cuerpo realiza ajustes cuando lo sumergimos en agua. Estos cambios son similares a aquellos que ocurren cuando hacemos ejercicio. Los cambios incluyen incremento en la circulación, respiración más eficiente y mejor estado de ánimo.
Existen varias formas en que la inmesión en agua caliente mejora la salud:
– La inmersión incrementa la circulación. Cuando los músculos están tibios y el cuerpo se sumerge en agua, incrementa el suministro de sangre al área muscular.
– Cuando el cuerpo se sumerge en agua, ésta libera presión del cuerpo. El incremento de presión tiende a reducir la inflamación.
– La flotabilidad del agua proporciona beneficios especiales importantes. La inmesión en agua reduce la cantidad de peso que cargamos en nuestras coyunturas debido a la gravedad.
– El agua juega un papel útil para las personas que padecen artritis, problemas en las rodillas, cadera u otros problemas en las articulaciones. La inmesión en agua caliente tiende a incrementar la movilidad, reducir la falta de movilidad e incrementa la flexibilidad y radio de movimiento.
Es de conocimiento general que cuando el cuerpo de una persona se sumerge en agua, la presión del agua afecta casi todas las partes del cuerpo. Cuando se sumerge, el cuerpo debe ajustarse a la presión del agua tibia circundante.
El resultado es un mayor rendimiento cardiaco y un pulso de descanso más bajo. También, la presión del agua y las temperaturas bajas ayudan al cuerpo a liberar químicos que nos ayudan a relajarnos y mejoran el estado de ánimo.
Con frecuencia las instalaciones de terapia usarán una inmersión alterna de agua caliente y fría. Debe alertar a las personas que están tomando medicamentos para el corazón que se abstengan de sumergirse en agua caliente y luego refrescarse en una piscina de agua fría. Este tipo de terapia debe realizarse únicamente bajo supervisión profesional. La temperatura en spas normalmente se mantiene entre 36,7 y 40 grados centígrados. Las piscinas para terapia y algunas piscinas diseñadas para ejercicio físico se mantienen a temperaturas más bajas.